Teoría evolutiva del envejecimiento de Fomenko A.N.

Una mirada hacia el futuro de la evolución del hombre del fundador de la "Juventud eterna" del fundador de la empresa IVAO, Andrei Nikolayevich Fomenko.

En la próxima ronda de antropogénesis la persona podrá cancelar el envejecimiento y prolongar radicalmente la vida sin enfermedades, aparecerá una nueva especie: el Homo Deus (superhombre). La gente vivirá el mayor tiempo posible, conservando la juventud y la actividad. 

La inmortalidad biológica es real. En la naturaleza, hay criaturas que pueden vivir eternamente y no envejecer (por ejemplo, la medusa Turritopsis dohrnii). Según nuestra hipótesis, el hombre también tiene potencialmente esta capacidad. Para desbloquearla y lograr un avance evolutivo, la mayoría de las personas deben cambiar su conciencia y revisar sus puntos de vista sobre la vida, la vejez y la muerte como el final inevitable de todos los seres vivos. 

"Gran filtro" y la antropogénesis

A lo largo de la historia de la humanidad, ha habido ciertos obstáculos y barreras (llamémoslos el "gran filtro"), que fueron extremadamente difíciles o imposibles de superar. Pero cada vez que lo "vivo" ganaba y a través de los mecanismos de selección natural y mutación, gradualmente se volvía más complicado, adquiriendo más y más nuevos signos. 

En la evolución humana, los científicos distinguen varias etapas cruciales. Por ejemplo, hace unos 6-8 millones de años, se podían observar primates herbívoros. Más tarde, algunos de ellos se convirtieron en omnívoros (hace unos 2-3 millones de años). Fue esta transición a una estrategia de vida depredadora la que llevó al desarrollo del género Homo. Los antropólogos asocian el consumo de carne con la encefalización, es decir, con el  aumento en el tamaño del cerebro. Por el contrario, los "parientes" herbívoros del Homo sapiens abandonaron posteriormente la arena evolutiva. 

El hombre moderno desde el punto de vista de la anatomía, se formó hace unos 150 mil años y vivió en África Oriental. Su desarrollo estuvo influenciado por muchos factores: la domesticación del fuego, la fabricación de herramientas, la aparición del lenguaje, la cultura y etc. Pueden considerarse como herramientas (mecanismos), con la ayuda de los cuales se superaba el "gran filtro".

La humanidad pudo alcanzar el estado actual principalmente debido a la complejidad del cerebro y de las habilidades cognitivas, es decir, la capacidad de percibir y procesar información usando símbolos verbales. La cognición influyó en el desarrollo de tales tipos de pensamiento como la percepción, la memoria, la imaginación y la lógica, contribuyó a la autoconciencia, a la formación de todos los conceptos e ideas existentes, incluida la vida y la muerte. 

Evolución controlada. En el borde del "gran filtro"

No hay consenso entre los científicos sobre el desarrollo futuro del hombre. Algunos expertos dicen que la evolución se ha detenido en gran medida. Otros, por el contrario, notan que a nivel genético continúa, pero actúa en la dirección opuesta. Los estudios muestran la degradación intelectual del hombre moderno (en las últimas décadas, los indicadores del coeficiente IQ han comenzado a disminuir gradualmente). Además, hay muchos conceptos que sugieren en el futuro la simbiosis de la persona con las máquinas, la ciborganización del cuerpo y etc.

En nuestra opinión, el hombre se ha acercado al siguiente borde del "gran filtro". Su superación conducirá a la transformación del Homo sapiens en Homo Deus. A diferencia de otras especies biológicas, el hombre ya no es un participante pasivo de los procesos evolutivos, nosotros mismos podemos controlar nuestro desarrollo. 

En condiciones modernas, la influencia de la selección natural en la evolución humana ha disminuido. Su lugar fue ocupado por la ciencia y el progreso tecnológico. Es por esto que las personas continúan desarrollándose, adquieren resistencia a diferentes enfermedades. En los últimos dos siglos, los científicos han encontrado una manera de derrotar enfermedades que anteriormente se consideraban mortales. La invención de antibióticos, alivio del dolor, la introducción de vacunas, prótesis, trasplantes y otras operaciones complejas salvan a las personas de muchas enfermedades y traumas. En la mayoría de los países, la mortalidad infantil masiva ha disminuido.

Hasta hace poco, nuestros antepasados vivían en el mejor de los casos hasta treinta años, muriendo por una variedad de razones: frío, hambre o ataques de grandes depredadores  La ciencia y el progreso tecnológico han contribuido al hecho de que la esperanza de vida promedia de 25-40 años ha crecido a 70 años en todo el mundo y hasta 80 años en los países desarrollados.

La situación es similar con el envejecimiento que se considera como un mecanismo programado para acelerar la evolución del hombre como especie biológica. Anteriormente, contribuía a la purificación de la población de predecesores y a la liberación del espacio vital y los recursos para los descendentes, que tienen nuevas propiedades útiles. Si el envejecimiento era una herramienta de desarrollo para nuestros antepasados, hoy se percibe como un atavismo, por lo tanto, debe ser cancelado. 

La bioingeniería, la medicina regenerativa y las nanotecnologías ayudarán a desplazar la selección natural. La capacidad de modificar genes abre una gran cantidad de oportunidades para los humanos. En el futuro previsible, las nuevas tecnologías ayudarán a cambiar significativamente la fisiología, las habilidades mentales y la esperanza de vida.

Hoy en día, los científicos pueden controlar la evolución de varios organismos vivos. En los laboratorios de genética, se egestan nuevas criaturas, ignorando los signos originales del organismo. Por ejemplo, en el año 2000, del embrión de un conejo con el gen de la medusa nació una coneja verde resplandeciente. El animal fue el resultado de acciones humanas inteligentes, y no de leyes biológicas. A esto no se limitan las posibilidades de la ciencia. Los especialistas no solo pueden mejorar las líneas de criaturas que viven en la Tierra, sino que incluso se comprometen a recrear especies extintas hace mucho tiempo. 

Sabiendo como controlar la evolución de otras especies, la persona puede controlar y su propio desarrollo. Sin embargo, es importante establecer el vector correcto para este proceso. La vida es el valor principal, y no se limita a ningún plazo. Entonces la vejez y la muerte violan claramente este derecho. Basándose en esto, la tarea número uno para toda la humanidad es hacer todo lo posible para prolongar la vida y la juventud eterna. Pero por qué aún no ha sido realizada?

Para responder a esta pregunta vamos a utilizar el principio lógico de la "navaja de Occam". Esta regla dice que de unos supuestos que explican algún fenómeno, es más probable que el más simple merezca atención prioritaria. En nuestra opinión, las personas aún no han creado una cura contra el envejecimiento y continúan muriendo, porque no quieren vivir. Esta paradoja proviene de la disonancia cognitiva que se analizará más adelante.

Cambio de la conciencia

De años en la Tierra en paralelo con el Homo sapiens vivían otras personas, Homo neanderthalensis, Homo soloensis, Homo erectus, Homo denisova, Homo rudolfensis, Homo ergaster. Sin embargo, todos ellos, por diversas razones, se extinguieron porque no podían adaptarse a las nuevas condiciones. Hoy la evolución también nos mata, porque no cambiamos. Si no se hace nada, entonces podemos repetir el destino de nuestros "parientes salvajes". 

La gente moderna muere porque no ha alcanzado una determinada etapa de desarrollo. Para cambiarlo debemos reconstruir nuestra conciencia. La creencia en la finitud del ser, que ha sido apoyada durante siglos por todas las instituciones existentes, es la barrera que impide que la humanidad atraviese el "gran filtro". 

En la mayoría de las culturas, cosmovisiones, religiones, la muerte se percibe como dado. De ella se deriva el sentido de la vida. Los investigadores, los pensadores intentaban y siguen intentado darle una importancia especial a la muerte, y no buscan formas de evitarla. La juventud eterna y la inmortalidad para muchos son sueños, y la muerte se da por sentado o como algo abstracto que ciertamente sucederá, pero no ahora, por lo que intentan no pensar en ella en absoluto, llenándose la cabeza con pensamientos infinitos sobre bienes materiales: automóviles, apartamentos, dinero y etc.

Cada persona quiere vivir el mayor tiempo posible, manteniendo la juventud y la actividad. Pero la mayoría de la gente no hace nada para esto. Surge la disonancia cognitiva, causada por un choque en la conciencia de las ideas en conflicto. 

Antes la muerte realmente era una inevitabilidad natural, pero hoy, debido a los nuevos conocimientos, nada es imposible para una persona. 

La persona debe querer vivir y no buscar significado en la muerte y conformarse con la inevitabilidad de la vejez. Según nuestra hipótesis, el Homo sapiens podrá superar el "gran filtro" si las siguientes declaraciones son aceptadas universalmente por la mayoría:

La vejez es una enfermedad que se puede curar.

La muerte es un fin dado, pero no obligatorio.

El cuerpo humano es una máquina compleja en la que se desarrollan cientos de procesos, programas. Las enfermedades son errores técnicos; el envejecimiento es la acumulación de problemas mecánicos. Y la muerte debe percibirse solo como una falla del software, expresado en forma de infecciones, cáncer, heridas y etc. Cualquier problema técnico tiene una solución. La situación es similar con el cuerpo humano: las infecciones se curan con antibióticos, las enfermedades oncológicas con quimioterapia, si un órgano no funciona bien, puede ser reemplazado.  La medicina se está desarrollando rápidamente, viene el tiempo de la terapia puntual, que será apoyada por los últimos desarrollos innovadores. 

Pronto aprenderemos cómo resolver la mayoría de los "problemas técnicos" del cuerpo humano. Además, hoy hay suficiente conocimiento para comenzar a trabajar en un medicamento que contribuya a una prolongación radical de la vida. Pero para esto, todo el mundo científico debe centrarse en esta tarea. Los científicos deben ser unas de las primeras personas en abandonar viejas creencias y reconstruir sus mentes.

Hoy, la lucha contra la vejez y el deseo de "juventud eterna" aún no se han convertido en tareas primordiales para los investigadores de todo el mundo. Solo damos un ejemplo. Según nuestras estimaciones, en este momento, alrededor de 2 mil millones $ y 3,000 empleados de compañías comerciales, así como también alrededor de 3 mil millones $ y 7000 científicos están involucrados en el proceso de desarrollo de métodos para una prolongación radical de la vida. ¡Esto es menos del 0.1% de los gastos mundiales en el cuidado de salud! Los fondos y esfuerzos aplicados obviamente no son suficientes para cruzar la frontera del "gran filtro".

La revolución tecnológica que promueve la prolongación radical de la vida es imposible sin un cambio de conciencia. Son cosas interconectadas. Se necesita realmente querer vivir y no esperar a que se invente la "píldora contra la vejez". Hoy en día, cada persona puede alargar su vida en aproximadamente un 30% (sin usar ningunos medios especiales), siguiendo una serie de reglas simples, que incluyen actividad física regular, alimentación saludable, limitación de malos hábitos y estrés, observación de la higiene del sueño y etc. En la primera etapa, sin estas acciones, es difícil hacer frente a la disonancia cognitiva, de la que se habló anteriormente, lo que significa que no se puede cambiar la conciencia y creer en sus propias fuerzas.

Recursos internos 

Tenemos el don de la inmortalidad desde el nacimiento. Nuestro objetivo es entender cómo activarlo. Si lo han logrado otros seres vivos, entonces debería funcionar en humanos. Sin embargo, el progreso no necesariamente tiene lugar solo debido a las altas tecnologías. Cuando algo nuevo crea vida, es mucho más valioso. Por lo tanto, para vencer el envejecimiento y la muerte, las personas deben incluso recurrir a sí mismas, usar los recursos internos del organismo. 

Los descubrimientos de las últimas décadas han influido en muchos axiomas y dogmas científicos que parecían innegables. Un ejemplo de esto es la epigenética, una nueva tendencia en las investigaciones modernas que ha producido el efecto de una bomba explosiva en la biología. Quedó claro que la vida humana no está predeterminada por sus genes. Está influenciado por un conjunto completo de factores epigenéticos. El funcionamiento del cuerpo depende directamente de la forma de pensar, de los hábitos y del comportamiento de las personas. Esto también se aplica a las mutaciones que podemos acelerar. Todo depende de nosotros. La persona puede vivir mucho tiempo y felizmente si es capaz de cambiar su organismo.

También se debe comprender que un "mono con una granada" no podrá pasar el "gran filtro". No es una cuestión de habilidades intelectuales. Para superarlo, se necesita tener un alto nivel de desarrollo moral.

La exigencia a sus cualidades personales es inseparable del deseo de mantener y mejorar el estado de salud. Los valores morales juegan un papel importante. La moral debe ser inculcada durante toda la vida. Para estar sano y vivir mucho tiempo, debe desarrollar la abstinencia de los excesos y de otros factores dañinos. El que no controle los sentimientos y los deseos, espera recibir fatiga física y moral, desgaste prematuro del cuerpo. Y esto es un obstáculo para una vida larga y feliz sin enfermedades.

Vivir conscientemente, conociendo la responsabilidad personal y observando las leyes morales significa comprender la perfección de la vida y encontrar la armonía con el mundo. Si una persona realiza un trabajo interno, practica ciertas técnicas, entonces independientemente de la experiencia pasada, la genética o el entorno, podrá cambiarse por completo en un corto período de tiempo. 

La acumulación de nuevos conocimientos, la comprensión de que el hombre es el creador de su propia vida, debe conducir a un cambio en las mentes, que a su vez dará impulso a la siguiente etapa en la evolución del Homo sapiens. Las personas podrán "activar" y "desactivar" ciertos genes de forma independiente, debido a esto, vivirán un tiempo radicalmente largo y, posiblemente, se acercarán a la inmortalidad. 

La clave para la eterna juventud está en nosotros mismos. Pero esto no significa que todo suceda por sí solo. L hombre no debe detenerse en su desarrollo. Aceptación de responsabilidad de la salud y la vida, así como el "entrenamiento" del cerebro (aumento de las capacidades cognitivas) y la concienciación deben ser herramientas para lograr este objetivo. Si esto no sucede, entonces la humanidad como forma biológica puede dejar de existir o quedar atrapada permanentemente en el borde del "gran filtro". Morimos porque nos lo merecemos.

Alternativas

La expansión de los conocimientos sobre el mundo cuántico y las teorías modernas de la conciencia nos hacen ver el problema de prolongación de la vida desde un ángulo completamente diferente, o al menos reflexionar sobre el hecho de que puede haber otras opciones de desarrollo de los eventos. 

Con la aparición de la mecánica cuántica, se descubrieron nuevas propiedades inusuales de la materia. Quedó claro que consiste en partículas elementales "invisibles" que se comportan de cierta manera: a veces demostrando las propiedades de las partículas, y a veces manifestándose en forma de ondas de energía (dualidad onda-partícula). Solo cuando entran en el campo de visión del observador, se ven obligados a "determinar" su forma y comportarse en consecuencia. 

En el mundo cuántico, las partículas pueden ser multitarea y pueden estar en dos lugares al mismo tiempo (un fenómeno llamado superposición), y también pueden pasar a través de objetos sólidos (túnel cuántico). Además de esto, dos partículas pueden confundirse mediante el intercambio instantáneo de información a una distancia de una pulgada o mil años luz. Además, una simple observación de una partícula cambiará la carga de otra, independientemente de dónde se encuentre en el Universo en este momento. Albert Einstein llamó a este fenómeno "acción misteriosa a distancia". Muchas hipótesis se basan en estos conocimientos que tratan de explicar la naturaleza de la conciencia, la física de espacio-tiempo. 

El destacado científico inglés Roger Penrose fue uno de los primeros en sugerir que la conciencia no solo puede afectar los procesos cuánticos, sino que, con toda probabilidad, tiene una naturaleza cuántica y tiene lugar dentro de los microtúbulos de las neuronas.

Penrose cree que la percepción del paso del tiempo es una de las propiedades más sorprendentes e inmediatas de la conciencia. En la teoría general de la relatividad, el tiempo es solo una de las coordenadas para describir la posición de un determinado evento en el mundo de cuatro dimensiones. Es estático y no puede "fluir" de la misma manera que el espacio. ¿Por qué entonces creemos que sentimos su movimiento? En cualquier momento, tenemos la sensación de que el pasado ya sucedió, que el futuro todavía no existe y que todo está cambiando. Todo de lo que nos damos cuenta es nuestra percepción del mundo en cualquier momento concreto que se forma en la experiencia. La razón por la que parece que hay un pasado es porque el cerebro contiene recuerdos de esta experiencia. Debido a las características de nuestra percepción, el cerebro registra cambios en el mundo alrededor, que interpretamos como el paso del tiempo. Según Penrose, lo único que realmente percibimos es el momento presente.

El famoso biólogo estadounidense Robert Lanza desarrolla su concepto de conciencia cuántica. Según su teoría del "biocentrismo", la vida crea la realidad que nos rodea, así como todo lo que existe en el universo. La percepción de la realidad, según Lanza, ocurre a través de la conciencia. Se correlaciona con los procesos físicos. Por lo tanto, nuestras sensaciones externas e internas, en su opinión, están inextricablemente vinculadas.

El científico llega a la conclusión de que el comportamiento de las partículas elementales (y generalmente de cualquier partículas y objetos) está inextricablemente vinculado con la presencia de un observador consciente. De lo contrario, todos los "rompecabezas" de la realidad existen en un estado probabilístico incierto. Basándose en esto, el tiempo como tal no existe fuera de nuestra percepción sensorial. Es un proceso de comprensión de los cambios que tienen lugar en el universo que nos rodea. La conciencia solo "anima" ante nuestros ojos los "cuadros" inmóviles de los estados del espacio, convirtiéndolos en eventos. La sensación de movimiento se forma en nuestra conciencia cuando la mente combina estos cuadros en una secuencia de video. 

Roger Penrose y Robert Lanza ven el tiempo como un producto de la conciencia, una categoría de conciencia que ayuda a comprender el mundo. Se cree que el tiempo y el espacio en sí aparecen como resultado de la decoherencia del estado cuántico de las partículas elementales. En otras palabras, los observadores externos crean el tiempo. Si se confirman estas hipótesis, es muy posible que en un futuro lejano tales observadores puedan no solo establecer la dirección, sino también influir en el curso del tiempo y, por lo tanto, también en procesos biológicos temporales como la vejez y la muerte.